Cuando afirmo
—los que aún buscáis un clavo en el vacío
los que sopesáis con desigual balanza
realidad y mentira—
que lo humano es humo entre manos
o género literario
estoy diciendo
que nada es más necesario que el relato

Digo sí
que la tristeza puede no ser cierta ni falsa
pero no hay engaño tan bello
como el poema entendido
o la carne que se ofrece en mitad del sueño

Digo que no hay quimera o fantasía
donde no repare mi ceguera

Y añado que no hallo medida
red o límite por donde no se escurra al instante
el agua del mundo